Se acerca la Navidad... Y más bien no me apetece.
Es una fecha para estar con la familia, ¿pero con qué familia? Por que casi siempre hay que elegir con quien la pasas...
Al final siempre alguien se queda "solo", no puedes dividirte para estar con toda la gente con la que te gustaría estar. Es tiempo de añoranzas, de echar de menos a los que ya no están y acordarte de que cualquier tiempo pasado fue mejor. O peor, nunca se sabe...
Pero lo que más me gusta es el día de Reyes. Por que yo soy fan de "Los Reyes Magos". Papá Noel, también tiene su aquel, pero yo soy más de reyes...
La noche de antes me cuesta mucho dormir y a la mañana siguiente no me cuesta nada levantarme a sabiendas de que me voy a encontar algún regalito debajo del árbol. Y me gusta más desde que yo soy una "reina" más, desde que yo también compro regalos.
Esperas con muchas ganas no decepcionar y que guste lo que llevas tiempo pensando y por lo que has tenido que esperar largas colas consumistas para comprar.
Esperas que eso que has envuelto con tanta ilusión, genere la misma cuando se desenvuelva. Y miras al destinatario con cara de espectación esperando ver a través de su gesto si has acertado o no con el regalo.
Y el mejor momento, ese que me encanta dejar para el final, es abrir yo mis regalos. Mientras los abro, en esas décimas de segundo, me gusta pensar en el esfuerzo que ha hecho esa persona para pensar, elegir y escoger eso que espera que me guste, tanto como yo sé que me va a gustar.
Ese regalo ha sido escogido pensando en mi, por eso sea lo que sea, me guste más o menos, es para mi, y siempre va a gustarme.
Éste año el presupuesto es reducido. La crisis hace estragos en mi economía y la partida para regalos no es tan amplia como quisiera, pero como se acerca la Navidad, y aunque no me apetezca, ésta es una de las razones por las que merece la pena vivirla, por que todo merece la pena por ver una sonrisa en la mañana del Día de Reyes.
¿A qué si?
No hay comentarios:
Publicar un comentario